jueves, 4 de diciembre de 2008

Poder y Dominación en Weber (siete tesis)

Primero, debe tenerse claro que la reflexión de Weber se centra mucho en lo político, desde la perspectiva sociológica. Hay un doble interés en la sociología weberiana en el tema político-cultural y en lo económico-social. El sociólogo francés, Raymond Aaron caracterizaba a Weber como el “Maquiavelo de Heidenberg”.

Segundo , efectivamente, este concepto de poder (Macht) es acusado por Weber y lo hace en el capítulo I de Economía y Sociedad. Para Weber, el poder refiere a la probabilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relación social, de allí no se colige que que esta voluntad sea sólo de los gobernantes, solo afirma que se de la probabilidad de que se de imponer la propia voluntad, además, esta se da en una relación social, es decir, que hay relación cuando existe ya la probabilidad u oportunidad de que una acción social tenga otra vez lugar. Estas relaciones se realizan en un espacio de posibilidades y reacciones. Por tanto, toda imposición de mi voluntad implica la posibilidad de ser resistida, en ello, Foucault coincide en ello al afirmar “no hay poder sin resistencia”. La definición de poder de Weber supone la resistencia eventual y el conflicto posible, en otras palabras, en la medida en que yo quiero hacer e imponer lo que quiero, puede ser que eso no esté en concordancia con lo que los otros quieren hacer. Eso supone el conflicto, por tanto, estamos ante una relación de fuerza, en última instancia política.

Tercero, Weber insiste en que es dicha relación de poder es probable. Algo es probable cuando ya ha ocurrido y puede volver a ocurrir, el grado de probabilidad es variable. Aquí se trata de la probabilidad de imponer la propia voluntad, es decir, que se haga lo que yo quiero; Weber sitúa el poder en el marco de las relaciones sociales. Cuando Weber habla de probabilidad no lo hace en términos matemáticos-estadísticos, sino en términos de probabilidad lógica y fáctica (lo cual denota una clara influencia de Kant), de una expectativa de los actores involucrados. El poder es hacer que los otros hagan lo que yo deseo, aún contra toda resistencia, es decir, podemos hablar de que hay relación de poder cuando incluso no queriéndolo los otros y las otras, yo logro que ellos hagan lo que yo quiero. Esta relación de poder existe independientemente de qué piensen o sientan los otros o de cómo perciban a quien impone la acción.

Cuarto la relación de poder no significa necesariamente que el poder sea legítimo. Algo es legítimo cuando es aceptado, tolerable; eso es lo que lo hace legítimo, cuando resulta que los otros hacen lo que yo quiero pero lo hacen en conformidad, estando de acuerdo. El que ejerce el poder lo ejerce fundado en la aceptación de aquellos/as sobre quienes se ejerce el poder, y estos últimos lo aceptan así porque lo encuentran fundado y adecuado. Esto determinará el grado de legitimidad para el ejercicio del poder. Aquí es donde el Weber de Solís queda corto, dado que la disertación central de Weber sobre el poder versa sobre la aceptación de dicho poder, para ello, se explaya sobre el tema de la dominación.

Quinto. El concepto de dominación (Herrshaft “poder estructurado”) en Weber implica la probabilidad de encontrar obediencia a un mandato determinado, contenido entre personas dadas, en otras palabras podemos decir que hay dominación cuando hay quienes están dispuestos a acatar órdenes ó mandatos en un contexto relacional2. La dominación implica el ejercicio efectivo del poder, en la medida en que la capacidad de mando se expresa mediante el acatamiento concreto de quienes obedecen o están dispuestos a obedecer determinadas órdenes. El asunto de la dominación no es algo puramente jurídico, sino estrictamente sociológico; la tipología de la dominación de Weber se corresponde con su tipología (sociológica) de la acción social (tradicional, emotiva y racional sea teleológica o axiológica). Es decir, hay tres tipos de dominación.
La dominación tradicional justifica el ejercicio del poder por la vía de la naturalización: se tiene el poder por herencia, porque las cosas son así, porque siempre han sido así…
La dominación carismática depende de que aquellos sobre los que se ejerce el poder, crean que el líder efectivamente tiene capacidad para dirigir al grupo, para hacer las cosas que esos otros esperan que el líder haga.
La dominación racional tiene un carácter más institucionalizado, el fundamento de la dominación no es ya el carisma ni la tradición, sino la ley y el reglamento: la burocracia es el reino de las reglas y las normas, aplicadas racionalmente. La creencia en la legalidad, las leyes y reglamentos, es decir que el fundamento del poder reside en esas reglas y la legitimidad de la que disponen los dirigentes o jefes, reside en la ley o el reglamento.

Sexto. Para Weber ¿qué implica la aparición del Estado moderno? La desaparición de un estado patrimonial en el que los funcionarios eran dueños de los cargos; en el Estado moderno, los cargos los ocupan los funcionarios de forma temporal, realiza sus funciones de acuerdo con ciertas reglas y se retiran conforme a ciertas reglas. Implica una organización burocrática de la actividad del Estado. Implica un solo ejército, subordinado al Estado, que tiene como fin defender la soberanía y las fronteras, evitando la ocupación. A partir de cierto momento los Estados modernos se apropian del derecho (legítimo) de ejercer la violencia física al interior, negando ese derecho a los agentes o actores privados. Por otro lado, el Estado establece reglas obligatorias en el alcance de su territorio, con órganos encargados de hacer cumplir la ley. El reclamo del monopolio sobre la violencia legítima está anclado en el surgimiento del Estado nacional moderno. Es decir, el Estado monopoliza tanto los fines como los medios de la violencia legítima, es la única fuente del “derecho” a la violencia legítima. En resumen, para Weber el Estado se define como la “Asociación que mantiene de manera continua la validez de sus órdenes en el interior de determinadas fronteras geográficas, con la posibilidad de recurrir a la coacción física”.

Séptimo. ¿Por qué aceptamos la dominación? ¿Es suficiente la respuesta dada por Weber “en la medida en que el interés que tengan en obedecerla supere al que tengan en desobedecerla”? Un asunto central, es que ocupamos darle sentido a nuestra vida, de justificar la existencia social. Como individuos necesitamos legitimar nuestra vida, tenemos derecho a una justificación de por qué y cómo existimos. Aquí juega su papel central para el orden social, la violencia simbólica. Ésta se genera e inscribe lo social en las cosas y en cuerpo. Esta violencia, según Bourdieu, se ejerce sobre un agente con la ausencia de éste. Los agentes sociales son agentes no conscientes que aunque estén sometidos a determinismos contribuyen a producir la eficacia de aquello que los determina en la medida en que ellos estructuran lo que los determina. Es decir, es un tipo de violencia que se ejerce con complicidad del dominado. Los agentes desconocen que tal violencia es tal, por ello, es ejercida sin resistencia. La violencia simbólica, más que la violencia física o cualquier otra forma de coacción mecánica, constituye el mecanismo principal de la reproducción social, el medio más poderoso del mantenimiento del orden. En este sentido, toda legitimidad se funda en seleccionar significaciones ni universales y arbitrarias y presentarlas como universales y objetivas. Así toda dominación legítima, se apoya en el monopolio del capital simbólico, sus poseedores tienen el poder de “hacer cosas con las palabras”:
Construir la verdad e imponer una determinada visión del mundo social
Establecer los criterios de diferenciación social
Clasificar y construir los grupos sociales.

En otras palabras, la realidad social, no es sólo un conjunto de relaciones de fuerza entre diversos agentes sociales, es también, un conjunto de relaciones de sentido, las que constituyen la dimensión simbólica del orden social.

10 comentarios:

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El desarrollo. Celso Furtado

"El desarrollo no es sólo un proceso de acumulación y aumento de la productividad macroeconómica, sino principalmente el camino de acceso a formas sociales más aptas para estimular la creatividad humana y responder a las aspiraciones de la colectividad." Celso Furtado