Notas sobre el poder en Max Weber
Javier Torres Vindas
Sociólogo
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El siguiente texto expone las principales ideas para la comprensión de los temas poder y política en la obra de Max Weber. Se hace la lectura privilegiando lo expuesto por dicho autor sobre los tipos de dominación y acudiendo a las tesis expuestas por Giddens en su libro: Política, sociología y teoría social. Reflexiones sobre el pensamiento social clásico y contemporáneo. Las tesis principales de dichos textos se encuentran al final de este artículo como anexo. El texto se divide en dos secciones.
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1. Acción social y acción individual en Weber
La definición de acción social de Weber está subordinada a la definición de acción individual. Para Weber son los individuos los que actúan y solo indirectamente (metafóricamente) podemos hablar de actores sociales (colectivos, que actúan)[i]. En este sentido, lo que capta el investigador es la conducta manifiesta de los individuos y por ello se debe aplicar un método estrictamente individualista. (Cf. Weber 1981:19-38)
Así, para Weber (siguiendo a Kant) los conceptos son representaciones de la realidad que en modo alguno la reproducen. Por ejemplo, el Estado como concepto no es el Estado, este último no tiene realidad como tal, ni las clases sociales, etc.[ii]
Entonces, la acción social está conformada por la acción de cada individuo, pero esta acción está basada en el sentido subjetivo y mentado (es decir, los individuos son cajas negras para otros individuos). Toda acción social son acciones de individuos que tiene en cuenta el sentido que otro/as dan a su propia acción. La acción social es posible por la consideración del sentido que los otros dan a su acción.
En Weber, hay una transformación de la interacción (simmeliana) en una relación social. Hay relación cuando existe ya la probabilidad-oportunidad de que una acción social tenga otra vez lugar, es decir, se supera la simple interacción. La relación existe en cuanto existe una probabilidad de que haya una nueva interacción, fundada en una expectativa recíproca. Lo social se funda en las oportunidades-probabilidades de que se den relaciones recíprocas entre los individuos.
En otras palabras, lo social en Weber está basado en la probabilidad de que exista la relación, es decir lo social no es algo que tenga existencia por sí misma, está relacionado con las expectativas. La relación está fundada en la probabilidad de la interacción.
De lo anterior se decanta que Weber se mueve en unas dobles aguas complicadas, por un lado habla de los sentidos que los actores dan, y por otro del sentido que el investigador atribuye a la acción que él observa. Es decir, no hay explicación sociológica sino hay comprensión del sentido que los actores dan a la acción[iii]. Lo que debe preguntarse un sociólogo frente a las acciones con sentido de los individuos estudiados es ¿Qué está en juego en dicha relación? Es decir, ubicar toda acción dentro de un contexto de significación.
Así, la comprensión (Verstehen) para Weber implica ubicar una situación dentro de un contexto más amplio que le da sentido y por tanto es la base de la explicación. Weber siempre ubica la explicación en unas coordenadas históricas determinadas, no busca leyes universales, pero considera que sí es posible hacer análisis comparativos. Encontrar una explicación (para Weber) implica encontrar la regla de la experiencia específica, es decir, la presencia de un elemento detonador (catalizador) de la experiencia cargado de sentido. La posibilidad de dar cuenta de los resultados de una acción. Lo anterior, no niega la posibilidad (más bien potencia) de hacer análisis comparativos de experiencias individualizadas (determinadas) sociohistóricamente. (Cf. Baar, 1971:209-22)
Lo cual nos lleva al concepto de tipo ideal:
“Se le obtiene mediante la acentuación unilateral de uno o varios puntos de vista y mediante la reunión de una gran cantidad de fenómenos individuales, difusos y discretos, que pueden darse en mayor o menos menor número o bien faltar por completo, y que se suman a los puntos de vista unilateralmente acentuados a fin de formar un cuadro homogéneo de ideas. Resulta imposible encontrar empíricamente en la realidad este cuadro de ideas en su pureza conceptual, ya que es una utopía” (Weber, 1971:61)
Esto es, la realidad no está ordenada, nosotros la ordenamos gracias a la conceptualización. Nosotros le introducimos un orden específico, para comprender lo real sociohistórico desde conceptual. Estas decisiones epistemológicas determinan ángulos diversos sobre lo real. En definitiva, siguiendo a Weber, las ciencias sociales recurren a tipos ideales en todo su desarrollo.
Cuando Weber habla de “tipos de acción social” (ideales), establece la siguiente tipología, con la clara conciencia de que los conceptos en sí mismos no reproducen la riqueza y diversidad de lo real; la utilidad del concepto es que permite comparar lo real con lo conceptual y ver ciertos ángulos de lo real[iv]:
ü Acción social tradicional: se refiere a aquella acción social que se orienta por el pasado, por lo que otros han hecho y por lo que se supone que se debe hacer. El peso del pasado sobre el presente.
ü Acción social afectiva: cuando lo que mueve, el motivo, el fundamento de la acción, reside en una pasión o en una emoción. Su carácter central es la fugacidad.
ü Acción social racional orientada por fines o por valores: hay una racionalidad utilitaria o teleológica (orientada por fines), y una racionalidad axiológica (orientada por valores). La diferencia fundamental que hace Weber entre estos dos tipos de racionalidad sería aproximadamente: en el primer caso, escogemos los fines y los medios que nos permiten alcanzarlos, en esta racionalidad hay adecuación entre los medios y los fines. Es decisiva la consideración de los medios. Ésta es una racionalidad utilitaria, teleológica, formal o instrumental. En la racionalidad axiológica, la característica central que subraya Weber es que hay una adhesión más o menos incondicional a determinados valores. La debilidad de la racionalidad axiológica es que puede llevar al fanatismo. Es una realidad orientada por un valor, algo que deseamos alcanzar o realizar. La racionalidad axiológica se diferencia de la acción tradicional porque la primera es fundamentalmente electiva (el individuo se adhiere).
En otras palabras, según Max Weber los seres humanos concretos son movidos en sus acciones por las tradiciones, las pasiones y/o los cálculos (de una manera mezclada) en cada una de sus determinaciones sociohistóricas (su praxis). Cada individuo orienta su acción respecto de otros de una manera más o menos clara y/o mentada. A éstas acciones el sociólogo/a se acerca mediante los tipos ideales que le permiten captar, explicar y comprender de una forma más o menos eficiente (científica) dichas acciones cargadas de sentido.
Finalmente, para Weber, no hay acciones “puras” pues siempre tienen diversos componentes, pero podemos identificar los aspectos dominantes en una determinada acción. La realidad no queda nunca “capturada” por el concepto. El tipo ideal es un constructo hecho a partir de los casos reales, pero que no tiene realidad en sí mismo. La acción social es un tipo ideal construido desde las observaciones de las acciones individuales concretas.
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2. ¿Poder o dominación?
En la literatura, existen dos formas básicas de comprender el tema del poder:
ü Poder reificado: donde el poder reside en las cosas, en los entes materiales. Esta asociada con el pensamiento mítico, donde a las cosas materiales se le otorgan características animadas. Sin embargo, el poder no reside en las cosas, sino en el uso que se hace de estas cosas. Estas se transforman entonces e recursos de poder. En la frase "el pueblo tiene el poder" se hace alusión a la reificación.
ü Poder relacional: el poder es una relación social entre dos sujetos portadores de voluntad y subjetividad, donde uno de ellos debe poseer un recurso que el otro necesita
En otras palabras, el término poder se presta a confusiones ya que sugiere algo así como un objetivo que puede ser colocado en el bolsillo o ser poseído de alguna manera. En realidad, lo que llamamos poder es un aspecto de una relación. El poder tiene que ver con el hecho de que existen grupos o individuos que pueden retener o monopolizar aquellos que otros necesitan, como por ejemplo comida, amor, sentido de protección frente a ataques, conocimiento, et. Cuanto, mayores sean las necesidades de estos últimos, mayor será la proporción de poder que detentan los primeros. Por otra parte, los grupos o individuos a los que se les niegan los medios para satisfacer sus necesidades poseen generalmente algo de lo que otros necesitan.
En este sentido, Weber define el poder "es la posibilidad de imponer la propia voluntad dentro de una relación social, aún contra toda resistencia y cualquiera sea el fundamento de su probabilidad"[v].
Dicha definición le permitirá concluir que "el concepto de poder es sociológicamente amorfo; todas las cualidades imaginables de un hombre y toda suerte de constelaciones pueden colocar a alguien en la posición de imponer su voluntad en una situación dada”.
Se puede colegir que para Weber, las acciones de poder no implican una determinación causal unívoca en sentido estricto, puesto que para Weber el poder es de índole relacional[vi],
Weber se representa el poder como una acción efectiva o como una expectativa de acción. Para él, el poder consiste en lograr que los otros hagan lo que queríamos que hicieran incluso contra su voluntad, y esperamos que lo hagan no solo ahora sino después. Para Weber, por consiguiente, las relaciones de poder son siempre interindividuales: solo los individuos actúan y solo ellos pueden actuar. Foucault omite esa referencia individual. El poder designa así una situación estratégica compleja.
No es exagerado afirmar que para Weber la política aparece en la medida en que se busca conquistar o ejercer el poder en el espacio de un territorio. El estado moderno monopoliza la violencia legítima en ese territorio. La dimensión espacial tiene importancia para Weber en tanto constituye el asiento necesario del poder estatal. En los límites de sus fronteras, el Estado moderno ejerce su poder como asociación legítima: un solo ejército, un ordenamiento jurídico de acatamiento obligatorio y universal para sus ciudadanos y una burocracia racional para hacer efectivo el cumplimiento de la ley.
Finalmente, la racionalización occidental entendida en Weber como desencanto frente al mundo y a la naturaleza, ha significado no solo el desarrollo del cálculo y la ciencia, sino que también se ha traducido en la expansión abarcadora de la dominación racional, dela burocracia como predominio de la ley y de la regla. Los ámbitos de acción claramente delimitados y estatuidos producen, como contrapartida, una rutinización que extingue el deseo de innovación y de cambio y nos introducen casi imperceptiblemente en lo que Weber llamaba, con pesar, una gran jaula de hierro, adonde las erupciones carismáticas, capaces de despertar el entusiasmo y la adhesión por el cambio, se hacen cada vez menos frecuentes y efectivas.
Por su parte, el concepto de dominación implica la probabilidad de encontrar obediencia a un mandato determinado, contenido entre personas dadas, en otras palabras podemos decir que hay dominación cuando hay quienes están dispuestos a acatar órdenes, mandatos en un contexto relacional.
La dominación implica el ejercicio efectivo del poder, en la medida en que la capacidad de mando se expresa mediante el acatamiento concreto de quienes obedecen o están dispuestos a obedecer determinadas órdenes. El asunto de la dominación no es algo puramente jurídico, sino estrictamente sociológico; la tipología de la dominación de Weber se corresponde con su tipología (sociológica) de la acción social.
La dominación tradicional justifica el ejercicio del poder por la vía de la naturalización: se tiene el poder por herencia, porque las cosas son así, porque siempre han sido así. La dominación carismática depende de que aquellos sobre los que se ejerce el poder, crean que el líder efectivamente tiene capacidad para dirigir al grupo, para hacer las cosas que esos otros esperan que el líder haga. La dominación racional tiene un carácter más institucionalizado, como veremos luego.
Pero, ¿qué implica la aparición del Estado moderno? La desaparición de un estado patrimonial en el que los funcionarios eran dueños de los cargos; en el Estado moderno, los cargos los ocupan los funcionarios de forma temporal, realiza sus funciones de acuerdo con ciertas reglas y se retira conforme a ciertas reglas. Implica una organización burocrática de la actividad del Estado. Implica un solo ejército, subordinado al Estado, que tiene como fin defender la soberanía y las fronteras, evitando la ocupación. A partir de cierto momento los Estados modernos se apropian del derecho (legítimo) de ejercer la violencia, negando ese derecho a los agentes o actores privados. Por otro lado, el Estado establece reglas obligatorias en el alcance de su territorio, con órganos encargados de hacer cumplir la ley. El reclamo del monopolio sobre la violencia legítima está anclado en el surgimiento del Estado nacional moderno.
En la conferencia sobre la política, Weber confronta al burócrata con el político para determinar qué puede esperarse de este último; se pregunta quiénes realmente pueden “poner las manos sobre el timón de la historia”, para ello se requiere de la pasión, pero para ello se requiere a su vez de la mesura, de la capacidad de no ser perturbado internamente por los avatares del ejercicio de la política. La otra característica necesaria es el sentido de la responsabilidad, en otras palabras, operar con lo que Weber llama la “ética de la responsabilidad”. Hay dos tipos de ética: la ética de la convicción y la ética de la responsabilidad. Esta última es la pregunta frecuente y constante por las posibles o probables consecuencias que se deriven de lo que hacemos y de lo que dejamos de hacer. La ética de la convicción significa la adhesión más o menos incondicional a ciertos valores (racionalidad axiológica), independientemente de las consecuencias que se deriven: “eso hay que hacerlo aunque el costo sea elevado”.
Weber dice que el ejercicio de la política significa “pactar con los poderes del demonio”. ¿Qué significa esto? Un primer aspecto tiene que ver con el problema de los medios, que frente a la necesidad de acción puedan resultar muchas veces dudosos, el político no puede tener plena certeza que eso que hace está bien o mal, pero debe tomar una decisión; en segundo lugar, se refiere a que buscando determinadas consecuencias, podemos obtener efectos colaterales que no son ni los buscados ni los deseados. El político debe aventurarse por rutas de incertidumbre, pues la política no admite certezas.
Bibliografía
ü Abellán, Joaquín. Poder y Política en Max Weber. Madrid, España: Editorial Biblioteca Nueva S.A., 2004.
ü Baar, Carl. “Max Weber y el proceso de comprensión de lo social”. En: AAVV. Presencia de Max Weber. Buenos Aires, Argentina: Nueva Visión, 1971.
ü Lazarte, Rolando. Max Weber: ciencia y valores. Buenos Aires: Homo Sapiens Ediciones, 2005
ü Weber, Max. “Los tipos de dominación”. En, Economía y Sociedad. Esbozo de sociología comprensiva. Tomo I. 1ª parte: Teoría de las categorías sociológica. Parte 3ª. 1981: Fondo de Cultura Económica, México
ü __________. Sobre la teoría de las ciencias y la política sociales. Barcelona, España: Ediciones Península, 1971
Notas
[i] En una carta escrita antes de morir dice Weber: si me he convertido finalmente en sociólogo, porque esa es mi profesión, es sobre todo para exorcizar el fantasma todavía vivo de los conceptos colectivos, en otras palabras también el sociólogo debe apoyarse en la acción del individuo y aplicar estrictamente un método individualista. En esto el blanco es Hegel y la bandera es Kant.
[ii] La definición weberiana de clases sociales se aparta de Marx. Para Weber la clase social es el conjunto de individuos que comparten una misma relación referida a los medios de producción, y que pueden organizarse, pero esto último no es lo esencial de la categoría misma. Para Weber, en sentido estricto puede hablarse de actores colectivos en la medida en que en esas asociaciones o comunidades, podemos identificar un centro de decisión. Es posible hacer un análisis de las clases sociales, en el tanto se refiera a los individuos que comparten una misma situación de clase. Las clases no son actores per se, hay un énfasis en la acción social. Es decir, en Weber la clase social es una categoría.
[iii] En este sentido Weber postula una Sociología Compresiva, ésta pretende comprender
[iv] La pregunta que dirige esta preocupación podría formularse así: ¿Son estos tipos ideales sostenidos por irracionalidades de los individuos sociohistñoricamente determinados? ¿Hasta que punto pesa Nietzsche en esta base irracional de la racionalidad? Existe una influencia de Nietzsche sobre Weber, pero es una influencia modulada, en otras palabras, Weber acoge algunas reflexiones nietzscheanas pero no acoge su orientación filosófica irracionalista. Nietzsche le permite entender la importancia de la irracionalidad en la vida humana, que no puede ser evacuada si se quiere comprender la historia. Además, porque subraya la importancia del individuo en la historia. Weber le dio gran importancia a lo carismático, al poder carismático, que introduce rupturas en el orden tranquilo de la historia. Para Weber el líder carismático no es aquel que tiene dotes excepcionales, sino aquel de quien se cree que los tiene. Hay una afirmación weberiana muy influida por Nietzsche, que los valores no valen por sí mismos sino en la medida en que los hacemos valer (Nietzsche decía que Dios ha muerto, pero no es que se murió, es que lo hemos matado y nos hemos tragado el mar). Weber dice que estamos en presencia del politeísmo de los valores, es decir, que descubrimos su diversidad y no podemos asegurar que los nuestros son necesariamente los que valen, es un relativismo de los valores que nos obliga a precisar y definirlos, esto conduce eventualmente a la guerra de los valores. Notas de clase, Septiembre 2007 en curso dictado por el Dr. Óscar Fernández en
[v] Por tanto, el poder en Weber tiene un carácter imperativo; su finalidad práctica inmediata es imponer valores, con o sin consenso. Es también intencional, deliberado. El poder obra independientemente de si es legítimo o no, pudiendo ser de acuerdo a normas o valores socialmente aceptados o por motivos ruines. El concepto es amorfo porque puede darse en cualquier tipo de relación social. Esto significa que las relaciones de poder no tienen por escenario exclusivamente al tinglado político institucional.
[vi] No hay modalidades únicas para establecer relaciones de poder únicas, sin embargo no todas son igualmente valoradas en diferentes etapas históricas; son circunstanciales. Tanto las cualidades como los objetivos que en una situación dada permiten establecer una relación de poder están sujetas al devenir cultural y temporal, no son objetos faltos de historicidad.
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